El
Romanticismo es un movimiento cultural y político originado en
Alemania y en el
Reino Unido a finales del
siglo XVIII como una reacción revolucionaria contra el
racionalismo de la
Ilustración y el
Clasicismo, confiriendo prioridad a los sentimientos. Su característica fundamental es la ruptura con la tradición clasicista basada en un conjunto de reglas estereotipadas. La libertad auténtica es su búsqueda constante, por eso es que su rasgo revolucionario es incuestionable. Debido a que el romanticismo es una manera de sentir y concebir la naturaleza, la vida y al hombre mismo que se presenta de manera distinta y particular en cada país donde se desarrolla; incluso dentro de una misma nación se manifiestan distintas tendencias proyectándose también en todas las artes.
Se desarrolló en la primera mitad del
siglo XIX, extendiéndose desde Inglaterra a Alemania hasta llegar a países como Francia, Italia, Argentina, España, México, etc. Su vertiente literaria se fragmentaría posteriormente en diversas corrientes, como el
Parnasianismo, el
Simbolismo, el
Decadentismo o el
Prerrafaelismo, reunidas en la denominación general de
Posromanticismo, una derivación del cual fue el llamado
Modernismo hispanoamericano. Tuvo fundamentales aportes en los campos de la literatura, la pintura y la música. Posteriormente, una de las corrientes
vanguardistas del
siglo XX, el
Surrealismo, llevó al extremo los postulados románticos
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